lunes, 1 de octubre de 2007

La venganza se sirve caliente



Situémonos. Son las 4 en punto de la tarde en Madrid. La selección española de baloncesto se concentra para jugar unas horas más tarde la final del Eurobasket contra Rusia. Unos miles de kilómetros más al este, en Moscú, los equipos de voleibol de ambos países comienzan la final del Europeo de la modalidad.


Todo hacía presagiar una victoria local en los dos partidos. El favorito, y jugando en casa, raro sería que pasara lo contrario. Pero como esto del deporte es como es, rápidamente los pupilos de Andrea Anastasi dejaron claro que iban a vender cara la derrota. Y así fue. Un contundente 25-18 en el primer set hacía ver que el milagro era factible.

Los rusos demostraron porque eran los actuales campeones de Europa y reaccionaron llevándose los dos siguientes parciales por 25-20 y 26-24. Los españoles, lejos de tirar la toalla, volvieron a sacar la casta que habían demostrado durante todo el torneo y empataron a 2 el partido con un 30-28, después de salvar varias bolas de partido.

En el set definitivo España salió arrollando tanto en ataque como en defensa. Moltó era un muro infranqueable en la red y bloqueaba la mayoría de intentos rusos de sumar puntos, y los hermanos Falasca machacaban el suelo ruso. Así llegó a reflejarse en el pabellón un 10-5 que parecía que dejaba todo visto para sentencia. Los españoles se confiaron y se relajaron, y fruto de eso el marcador llegó a ponerse 14-14. Pero la primera medalla de la historia en voleibol para España tenia que ser de oro, y el bloqueo final de Julián García Torres destrozo a Rusia. A pesar del auténtico desastre arbitral a favor de los locales la victoria era nuestra. 16-14 en el definitivo set, 3-2 en el partido, campeones, y a esperar unas horas para conseguir el doblete con la de baloncesto


Un doblete que no llegaría. “Los chicos de oro” salieron a la cancha con la medalla colgada de antemano, y eso es lo peor que le puede pasar a un equipo en una final. El partido fue muy malo, con la anotación mas baja de todos los partidos de la era Pepu, y con unos fallos de concentración imperdonables

Los rusos tardaron poco en darse cuenta de que era su oportunidad, y no la desaprovecharon. Plantearon el partido de la única forma en la que podían ganar a España: efectividad en los tiros de 3 y defensa a muerte en cada jugada. Y les salió bien

Pese a todo España llego a lograr en el segundo cuarto una ventaja de 12 puntos (25-13), que se quedarían en 3 en la llegada al descanso (34-31). No salieron mal los locales en la segunda parte y llegaron a conseguir marcharse de 8 (42-34) mediado el tercer cuarto. Se llegó al último con 49-46 y todo por decidirse.
El último cuarto fue de puro nervio para los dos equipos. Si alguien recuerda un partido de la selección española de baloncesto en el que haya metido 10 puntos en un cuarto que lo diga. Faltaban 5 segundos cuando llegó la fatídica jugada. Penetración de Holden, suspensión en la cara de Carlos Jiménez, y el balón que entra llorando para poner el 59-60 que a la postre sería definitivo. Tiempo muerto, intento de preparar una jugada, y último balón que se juega Gasol a falta de 1 segundo y que es escupido irremediablemente por el aro. El Palacio de los Deportes se queda mudo, y los rusos consuman la venganza de sus compatriotas del voley de unas horas antes. Pese a la derrota, hay que reconocer el gran torneo de los 12 de Japón, que seguro que el año que viene nos vuelven a dar una alegría en tierras asiáticas, esta vez en los Juegos Olímpicos.