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Esa es la frase que los ingleses utilizan para que la gente se incline por el equipo de su ciudad y no por uno de los grandes. Ese problema parece altamente enraizado en todos los lugares del mundo. Será que nos hemos acomodado y que preferimos ver como “nuestro equipo” gana siempre o casi siempre a sufrir con ellos prácticamente cada domingo, cuando eso es lo que realmente te hace disfrutar de cada victoria.

Es complicado hacerle ver esto a la gente. En cualquier ciudad de España que recorras, salvo cuatro casos puntuales en los que el crecimiento del equipo local les ha hecho aborrecer a los grandes (Sevilla, Valencia, Coruña, Bilbao y poco más) todo el mundo es de Madrid o Barça. Algunos califican a esos equipos como “engendros mediáticos que destrozan al equipo de su ciudad”, y no les falta razón. Mirar la televisión o leer la prensa es la prueba más grande de que eso es así. Cualquier periódico local de una ciudad pequeña saca información sobre Madrid y Barça, y en los bloques de deportes de cada informativo no parece haber más fútbol que el que ellos practican. Y si solo fuera fútbol de lo que se habla todavía podríamos darnos con un canto en los dientes. Un simple catarro de un jugador de ambas plantillas sirve para llenar páginas y horas en los medios. Todo con tal de ningunear a los clubes menos mediáticos.

Es cierto que hay mucha gente que dice sentir por igual al equipo de su ciudad y al otro. Para algunos eso nos parece complicado. Es como decir que quieres igual a tu mujer que a la querida que te has echado hace unos meses. El sentimiento es imposible que sea el mismo, sobre todo porque luego surgen las dudas. ¿Y si juegan entre ellos, con cuál vas? Decidirse por cualquiera de los dos significa traicionar gravemente al otro. La mayoría de gente en este caso suele contestar que con el equipo de su ciudad, lo que lleva a pensar que solo siguen al grande para purgar con él sus penas respecto al equipo que de verdad quieren. “Como el de mi ciudad no gana mucho, me hago de uno que gane casi siempre y así cada fin de semana tengo un momento de alegría”. Lo que termina por demostrar que a tu amante solo la quieres para que te caliente la cama cada vez que tu mujer no lo hace.

A veces incluso a algunos nos resulta complicado hacer entender que solo nos interesa el equipo de nuestra ciudad, nuestro verdadero equipo. Siempre tiene que llegar el listillo que te pregunta “pero aparte de ese, ¿de cuál eres?”. ¡¡¡Cómo que de cuál soy!!! ¿Acaso te parece poco mi equipo? Si a eso le contestas que no eres de ninguno más aparte del mencionado, el pobre no podrá resistirse a soltarte “y entre Madrid y Barça, ¿con cuál vas?”, lo que demostrará que no se ha enterado de nada.

Dicen que los paletos son aquellos que no ven más allá de lo que hay en su entorno, y que no son capaces de entender las cosas de las ciudades grandes. Para mi los paletos son aquellos que no entienden que si no son ellos los que defienden los suyo, no vendrá nadie de fuera a defendérselo. Y es que, como decía una pancarta que leí en La Rosaleda (el campo del Málaga) hace unos años, “del Málaga se nace y del Madrid se hace”. Que cada uno cambie Málaga por su ciudad, y que se aplique el cuento.