jueves, 7 de agosto de 2008
La edad de oro del deporte español (y 2)
En esta segunda parte voy a hacer honor al nombre del blog repasando la trayectoria del deporte español en este 2008 más allá del fútbol.
La mayor parte de los grandes éxitos este año están llegando desde deportes individuales más que desde deportes colectivos. El mayor exponente es, por supuesto, Rafa Nadal. Después de 4 años y medio detrás del gran Roger Federer en la lista de la ATP ha conseguido auparse al primer puesto del ranking, gracias en gran medida a su primera victoria en la hierba londinense de Wimbledon. Tras dos finales perdidas con el suizo consiguió hacerse con la mejor final de la historia y, para la revista Sports Illustrated, el mejor partido de tenis jamás jugado: 4 horas y 48 minutos, 2 parones por la lluvia y un 9-7 en un último set que parecía que nunca iba a terminar. A esta victoria hay que sumar su cuarto Roland Garros consecutivo que terminó con otra final histórica: 6-1,6-3 y 6-0 sobre Federer en poco más de 1 hora y 45 minutos, siendo la segunda final con resultado más aplastante de todos los tiempos tras la victoria por 6-0,6-3 y 6-0 de Guillermo Vilas ante Brian Gottfried en 1977. Además ha logrado otros 5 torneos: Montecarlo, Barcelona y Hamburgo en tierra, Queen’s en hierba y Canadá en pista rápida. Un gran año para el de Manacor que podría completarse con una medalla en el torneo de tenis de los Juegos Olímpicos.
Otro de los deportes que más alegrías nos ha dado ha sido el ciclismo. A pesar de los continuos casos de dopaje que han seguido apareciendo los ciclistas españoles continúan siendo los dominadores. El año comenzó mal con la expulsión por parte del Giro y del Tour al equipo de Alberto Contador por el simple hecho de estar esponsorizado por Astana, marca bajo la que la temporada pasada se destaparon los mayores escándalos de dopaje del año. Esto hizo al corredor de Pinto variar toda su preparación y centrar el punto de fuerte de su temporada en los Juegos Olímpicos y la Vuelta. Pero una semana antes del comienzo de la carrera italiana le llegó la noticia de que finalmente se le permitía tomar parte en la salida. Y como dirían los romanos, “veni, vidi, vinci”. Contador se hizo con la Maglia Rosa con una gran superioridad ante sus rivales, que llegaron a poner en duda que una semana antes estuviera en la playa con su novia. Su victoria en el Giro nos dejó un sabor amargo pensando que podría haber ganado su segundo Tour si no hubiese sido por la cabezonería de los franceses. Quedaba la esperanza de ver si alguno de los demás ciclistas españoles podía optar al ansiado Maillot Amarillo. Y las buenas sensaciones nos llegaron con la victoria de Alejandro Valverde en la Dauphiné, la antesala del Tour, una carrera de la que se dice que el que la gana es el gran favorito para la ronda gala. Pero se demostró, por desgracia una vez más, que el corredor murciano hoy por hoy no tiene capacidad para imponerse en una carrera de tres semanas y que, a pesar de haberse vestido de amarillo en la primera etapa con su victoria al sprint, son las vueltas de siete días las que le vienen mejor. Una caída en una de las primeras etapas terminó con sus esperanzas de triunfo. Por suerte, y prácticamente de la nada, apareció Carlos Sastre, un corredor al que siempre se le había colgado el cartel de “gregario de lujo” y que por fin cogió los galones que tanto se merecía. Tras una etapa que pasará a la historia, con final en Alpe D’Huez, consiguió colocarse líder para no bajarse de ahí en las cuatro jornadas de competición que quedaban. La contrarreloj del penúltimo día le coronó a sus 33 años como el séptimo español en ganar el Tour y le dio a España su tercer Tour consecutivo. Además Óscar Freire se hizo con el Maillot Verde a la regularidad convirtiéndose así en el primer español de la historia en conseguirlo. El único punto negro del año (más allá del dopaje) fue la caída de Óscar Pereiro, que le hace perderse lo que resta de temporada, y baja un poco el espectacular nivel que se verá en la Vuelta a España con Valverde, Contador y Sastre luchando por hacerse con el triunfo.
Además hemos tenido la primera presencia de un español en la gran final de la NBA, con un Pau Gasol que voló desde Memphis a Los Ángeles a mitad de temporada para pasar de un equipo claramente perdedor a un ganador histórico que estuvo apunto de llevarse el anillo; el enésimo triunfo de la selección de hockey patines en el Europeo tras derrotar 1-0 a Portugal en la final; la superioridad de Gómez Noia en la Copa del Mundo de Triatlón; las continuas exhibiciones de la niña prodigio Gisela Pulido en kitesurf; la sorprendente gran actuación de nuestros nadadores en el ultimo Europeo de Natación, donde conseguimos 12 medallas tras varios años sin prácticamente triunfos en este deporte; y un largo etcétera de deportistas y deportes que arrasan allá por donde van। Solo hemos tenido los “fallos” de la siempre cumplidora selección de balonmano, que se quedó a las primeras de cambio fuera del Europeo de Noruega, y de los deportes de motor: ni los pilotos del Mundial de Motociclismo ni por supuesto Fernando Alonso están tan arriba como les querríamos ver, pero seguro que el año que viene están donde se merecen.
Con este panorama se presentan ante nosotros los que pueden ser los mejores Juegos Olímpicos de la historia para la delegación española. La marca a batir está en las 22 medallas de Barcelona 92. Yo apuesto a que este año la superamos.
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