miércoles, 27 de agosto de 2008

Juegos Olímpicos Pekín 2008 - Día 16


Se cerraron los Juegos y lo hicieron de manera espectacular. Más allá de una nueva ceremonia extraordinaria por parte de los chinos, en la que esta vez los fuegos artificiales no lo fueron tanto, a todos se nos quedará en la memoria para siempre lo que vimos entre las 8:30 y las 10:30 de la mañana de este 24 de agosto. Posiblemente no lo sepamos a ciencia cierta, pero lo más probable es que hayamos presenciado el mejor partido de la historia del Baloncesto de selecciones. Hace 24 años, un 10 de agosto, España y Estados Unidos disputaban la final de los Juegos Olímpicos en Los Ángeles. El resultado fue de 96-65 para el equipo americano, en un partido sin historia que tenía el resultado decidido desde mucho antes de empezar. Este año, cuando comenzaron los Juegos, todos teníamos en mente la repetición de esa final, y pensábamos que esta vez la diferencia no sería tan amplia. Sin embargo, muchas de las esperanzas de derrotar al ‘Redeem Team’ se esfumaron cuando veíamos en la primera fase como, casi sin despeinarse, Estados Unidos arrollaba a España por 119-82. La mayoría pensaban que la final sería igual, pero los jugadores les demostraron que se equivocaban.

Porque la final fue otra historia, fue otro mundo. Los dos equipos salieron enchufadísimos desde el principio y no pararon de anotar en todo el partido. El parcial del primer cuarto, un 38-31 para Estados Unidos, hacía presagiar un resultado final cercano a los 120 puntos, una locura en un partido FIBA jugado a 40 minutos. Aunque lo de partido FIBA es un decir, ya que en ningún momento llegamos a enterarnos de cuáles eran las reglas que imperaban en la pista. Los árbitros, entre los que se encontraba el lituano Brazauskas, un auténtico adicto a pitar pasos, dejaban a los americanos campar a sus anchas y caminar cuanto les apeteciese por la pista. Solo les pitaron 2 veces pasos en todo el partido, lo que dejaba claro la consigna que tenían antes de salir a la cancha. En el ámbito de las faltas estuvieron algo mejor, pero mediado el segundo cuarto comenzó la disparidad de criterio. No contentos con eso, a falta de 18 segundos para el final señalaron dos técnicas al banquillo español, a lo que Juan Carlos Navarro respondió, como protesta en la última jugada, haciendo 3 pasos de salida que los colegiados ni se molestaron en señalar.

Pero después de todo creo que lo mejor no es quedarse con el regusto amargo de lo que pudo haber sido, sino de disfrutar de lo que realmente fue. Les tuvimos ahí y pasaron buena parte del partido asustados, y muestra de ello fue el gesto chulesco de Kobe mandando callar a la grada tras anotar un triple casi al final. En la memoria de todos quedará esa imagen, quedará el sensacional mate de Rudy Fernández anotado en la mismísima cara de Dwight Howard como tarjeta de presentación para su futuro en la NBA, y quedará ese triple fallido de Carlos Jiménez a falta de poco menos de 2 minutos, que nos habría situado a tres puntos y que hubiera dejado un final de partido de infarto. Pero da igual, esta plata sabe a oro, y así la disfrutamos.


Además del Baloncesto, el Balonmano también cumplió con su objetivo de irse de Pekín con una medalla al cuello y derrotó a Croacia en la lucha por el bronce por 35-29. Fue el mejor partido de España en todo el torneo, que con solo dos encuentros disputados a buen nivel ha conseguido subir al podio. Tras una primera fase desastrosa, el partido de cuartos ante Corea dejó unas buenas sensaciones que se perdieron en la semifinal ante Islandia. Ante Croacia volvieron y consiguieron cerrar una despedida sensacional para Juan Carlos Pastor y el gran David Barrufet de la selección española, ya que ahora prefieren centrarse solo en sus clubs. El vallisoletano ha cerrado la mejor actuación de un seleccionador al frente del equipo nacional, y se va con un título del mundo, una plata en el Europeo y un bronce olímpico.

Los chicos del Waterpolo también derrotaron a Croacia en la última jornada, aunque en este caso era en la lucha por el quinto puesto. En un partido entre dos selecciones que aspiraban a más, los de Rafa Aguilar vencieron por 11-9 y se llevaron un buen sabor de boca de Pekín. A pesar de los Iván Pérez, Guillermo Molina o Ángel Andreo, esta es una selección joven que seguro que en Londres dará lo mejor de sí misma.


Terminaron los Juegos y lo hicieron con 18 medallas para España, menos de las que se esperaban en un principio pero más de las que se veían venir después de los primeros 10 días de competición. Al final se supera el puesto en el medallero de Atenas y Sydney al haber sumado más en oros que en esas dos citas, aunque una medalla menos que en 2004. Ha habido deportes en los que se ha cumplido con creces como el Ciclismo (4 medallas), el Piragüismo (3 medallas) o la Natación Sincronizada, el Tenis y la Vela (2 medallas); pero también ha habido otros deportes que sin duda han decepcionado y donde se esperaba mucho, como el Judo, el Atletismo, la Natación, el Taekwondo o el Triatlón, que se han vuelto de vacío cuando había esperanzas claras de conseguir metales en todos ellos. Yo apostaba por 25 medallas antes de empezar, y contando las que hemos tenido más algunas que parecían fijas se podía haber llegado (con un poquito de suerte también) a esa cifra sin problema. Seguimos sin superar la marca de Barcelona, aunque volvemos a quedarnos a las puertas. Ahora solo queda esperar 4 años para saber si seremos capaces de hacerlo en Londres, o tendremos que aguantar hasta una nueva cita olímpica en España. ¿Será en 2016 en Madrid? El 2 de octubre de 2009 lo sabremos.

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